lunes, 24 de septiembre de 2007

Rimbaud y su influencia en Pescado Rabioso


En la siguiente nota (Revista Gente,Noviembre de 1972) Luis Alberto Spinetta y su banda hablan de cómo la lectura de los poemas de Arthur Rimbaud influyó en la lírica de la banda.Entiendo ahora porqué pocos rockeros jóvenes me impactan (nadie lee nada!, aunque hay buenos autores y poetas hoy). Al final de la nota agrego un poema de Rimbaud. Para disfrutar.

—Me gusta escribir poesía. Y leer poesía. Rimbaud, para mí, es, poéticamente, una luz total. Rimbaud era un tipo rock hace cien años. Un rockero. No existía la guitarra eléctrica, pero si hubiera existido, ese tipo hubiera tocado rock. Era eso. Era un tipo que se desarrolló en eso. Se desarrolló en una forma de expresar su sensualidad interna y de expresar su propia energía de una manera luminosa, realmente. Además, la verdad con que se hizo toda su vida. Todas las cosas por las que pasó y que hizo —dice Spinetta.
—¿Nunca te preguntaste qué le pasó a Rimbaud? ¿Por qué dejó de escribir y se fue de Francia?
—Se dijo: "Bueno, seguir manejando este lenguaje si yo no tengo otro lenguaje más, no, porque me voy a morir ya". Entonces cortó la poesía y escribió otras cosas, otras cosas en las que la literatura no puede reparar todavía, ¿no es cierto? Los escritos que él manda, por ejemplo, de lo que sucede en las tierras... Porque él después se fue a África, cortó toda la poesía, quemó todas sus obras y se fue al África a vivir. Y de repente escribía cosas, manuscritos de tipo geográfico. O sea que hacía como de explorador... Pero las exploraciones de Rimbaud y lo que escribía acerca de la tierra y los hombres son como descripciones de Dios en el momento de ver lo que El construyó. Son cosas más o menos así; es como yo las interpreté... Pero poéticamente pienso que ya lo había dicho todo. Era un tipo que lo había dicho todo. Y su conocimiento había llegado a una profundidad impresionante. Pienso que por eso no escribió más. Y me pareció perfecto en aquel momento.
—Y en música, ¿hay alguien así?
—...Hubo mil tipos superrock —dice Cutaia.
—¿Quién, por ejemplo?
—Satie, por ejemplo, para mí era así, con un poder de síntesis total. Y muchos más, no sé; no tiene sentido enumerar. Charlie Parker, ese tipo era un iluminado también. El jazz fue una música super-pesada...
—Artaud, también; era un tipo que vivió la vida de un rockero, como si fuese Hendrix... Las ondas que tiró Artaud para otros hombres y para que entendieran fueron pensar, viste, pensar y pensar, pensar realmente en qué es lo que sucede. Musicalmente, eso es Hendrix, por ejemplo... —dice Spinetta.



OFELIA

I
En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos...
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado,
mientras ella despierta, en el dormido aliso,
un nido del que surge un mínimo temblor...
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.

II
¡Oh tristísima Ofelia, bella como la nieve,
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega
te habían susurrado la adusta libertad.

Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,
en tu mente traspuesta metió voces extrañas;
y es que tu corazón escuchaba el lamento
de la Naturaleza –son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco miserioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego;
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.
–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul.

III
Y el poeta nos dice que en la noche estrellada
vienes a recoger las flores que cortaste ,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis.

Arthur Rimbaud (1854-1891)
Más poemas de Rimbaud en:
http://amediavoz.com/rimbaud.htm

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